Como lo envidio…
Sí, a ese chico de ropas verdes y su sonrisa sincera como de la de cualquier niño. Su semblante lleno de esperanza y de fe.
“creo en las hadas…jamás digas que no crees en ellas, por que cada vez que un niño lo dice una muere” me cuenta. A veces me siento una niña muy ingenua por esperarle cada noche cuando sé que el tiempo pasara y pasara sin que él entienda un solo sentimiento. Me asomó por el ventanal de mi habitación. Es tan tentador un salto a tal altura que la sola idea hace que la adrenalina suba por mis venas, las estrellas refulgen en el oscuro cielo; tan brillantes como los ojos de Peter…mi Peter.
El silencio se parece a su voz y a pesar de ser un niño sus palabras están llenas de sabiduría como si se tratara de un anciano…el anciano más joven que existe. Me ha invitado al país de nunca jamás y yo he aceptado. He volado junto a él tras estrellas fugaces…fugaz como lo es él.
Me he recostado en las esponjosas nubes junto a él y ha sonreído al juguetear con mis cabellos y al verme llorar. Las niñas son unas lloronas me reta de vez en cuando pero siempre hay palabras dulces que enmiendan cada palabra tonta…de niño. Pude ver que es él, la persona más maravillosa que he conocido en mi corta vida.
Al país de nunca jamás...al país de nunca jamás...!llévame Peter! ; ¡quiero ir contigo!...volver a sentir …volver a ser una chiquilla inocente y sentir que me tomas de la mano para darme valor al recorrer aquel mundo. Llévame a ver sirenas en el lago tornasol de tu alma; llévame a enfrentarme con piratas, correr con los indios y demostrar que puedo crecer sin dejar mi infancia.
¡Llévame Peter! y no me hagas esperar más en el balcón. Que si salto esta vez no abra mas polvo de hadas, ni viento en mi rostro meciendo mis cabellos al volar junto a ti. Solo quedara el vacío en mi cuando me derrumbe porque tu no estas. ¡Llévame Peter! , no me hagas llorar...que no sé cómo hacerlo, lo he olvidado todo desde que te conocí a ti.
¿Será amor, lo que siento?... como pude enamorarme de un chico así, después de todo él es solo un niño; jamás crecería por mí. Prefiere su eterna juventud y siendo sinceros yo preferiría lo mismo, no hay nada de egoísmo en él, porque es y seguirá siendo tan solo un niño. No es que no le importe, no es que no sienta, sólo no lo entiende por que él no sabe amar…porque es...tan solo un niño.
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